MATOVELLE PARLAMENTARIO Y DEFENSOR DE LA NATURALEZA

MATOVELLE PARLAMENTARIO Y DEFENSOR DE LA NATURALEZA



Julio María Matovelle, fundador de los Misioneros Oblatos y Hermanas Oblatas de los Corazones Santísimos de Jesús y María, nació en la ciudad de Cuenca el 8 de septiembre de 1852 y murió el 18 de junio de 1929, hombre multifacético admirado por propios y extraños, es una de las figuras sacerdotales más excelsa de los 2 últimos siglos, tuvo la oportunidad de servir a su pueblo y a su país desde diferentes áreas del conocimiento y la actividad política, cultural, eclesiástica y jurídica, se destacó como abogado, sacerdote, poeta, político y maestro; para quienes seguimos de cerca su heroica existencia hemos descubierto que Matovelle fue sabio y santo en todo su ser y quehacer de todas las facetas de su vida.

Como diputado es uno de los pocos hombres en la vida política nacional que tuvo el valor de defender a su pueblo y a su país desde el año 1883-1895 representando a la provincia del Azuay y el Cañar, se opuso a libre explotación de bosques, Matovelle fue un visionario en la defensa de la protección de la Amazonía, como legislador propuso leyes para garantizar el derecho a la vida y a las costumbres de sus habitantes y el cuidado de las especies de animales y vegetales, logró él envió de misioneros católicos al Oriente, consiguió de la Santa Sede que todos los territorios amazónicos quedaran bajo el patronato y dirección de comunidades religiosas que se dividieron de la siguiente manera; Macas y Canelos en manos de la Congregación de los Dominicos, Gualaquiza con los Salesianos, Zamora a cargo de los Franciscanos, apoyó la construcción de caminos vecinales y la creación de escuelas para la educación de sus hermanos los más olvidados y menos favorecidos por los gobiernos de turno.

Se opuso al monopolio en el juego de lotería pues lo consideró como un atropello para el país, puesto que es una actividad que repetida varias veces constituye una costumbre perniciosa para individuos familias y sociedades. Apoyo la construcción de la línea ferrocarril para que la línea férrea pase por la mayor parte de las provincias serranas, Sibambe, Cañar y Azuay y se comunique con la costa.

Matovelle opinaba para evitar la degradación, la inercia, la ociosidad y demás vicios respaldo el impuesto al aguardiente consideraba que a mayor precio menor consumo. Fue este gran ilustre y defensor de la patria ecuatoriana quien puso el nombre de sucre a la moneda nacional, en la sesión del 14 de marzo de 1884 de la Asamblea Nacional constituyente, su moción fue aceptada por unanimidad, siempre legisló a favor de los más pobres, pues consideraba que los indigentes no deberían cancelar impuesto sino cuando cuenten con un trabajo digno y puedan cumplir con el estado. Matovelle como verdadero apóstol de los Corazones Santísimos de Jesús y María alcanzó la aprobación para la construcción de la Basílica del Voto Nacional en 1883 templo que perpetuaría la consagración al Sagrado Corazón de Jesús y años más tarde en 1892 consiguió que se levante en Quito un monumento a la madre de Dios en la cima del panecillo en memoria de la consagración de nuestro país al Corazón inmaculado de María.

Matovelle como defensor de la patria expone que no basta con ser soldado para defender a nuestra madre patria, tanto el médico como el abogado, el arquitecto, el sacerdote el magistrado no con las armas sino cada quien desde su trinchera pueden aportar a la defensa de nuestra madre patria. Matovelle hombre visionario siempre estuvo a la vanguardia del cuidado de la madre tierra específicamente de nuestra selva amazónica a quien la llamó los pulmones del planeta tierra.

En el año de 1886 el Padre Julio María Matovelle actuó contra la aprobación de una ley que permitía la libre explotación de los bosques amazónicos por empresarios extranjeros a quienes se les entregó miles de hectáreas sin un control permanente de las autoridades respectivas; pues era una ley que no ponía límites a la explotación de los bosques, sino que por el contrario la ley de 1875 autorizaba a los empresarios no solo a despojar a nuestros hermanos indígenas de sus tierras y de los bosques nativos, sino que además los obligan a trabajar como peones, arrancándoles de sus pueblos de origen.

La visión del P. Julio María Matovelle sobre el futuro del oriente ecuatoriano es tan trágica y real puesto que todo cuanto advirtió desde hace más de 100 años atrás se está haciendo realidad en la selva amazónica con el exterminio de las comunidades indígenas y los cambios climáticos que afectan la salud de los habitantes no solo de nuestro país, sino de todo el planeta.

 

Recopilado del libro “Matovelle El Parlamentario” serie Matovelle No 1